sábado, 20 de diciembre de 2008
Conociendo a Papa Noel
domingo, 14 de diciembre de 2008
Lo que no viene en los libros
La industria de los productos para bebés es terriblemente rentable porque los directivos de estas empresas saben que las mamás, especialmente las novatas, no escatimamos en gastos a la hora de preparar el nido. Pues bién, la mayoría de los artículos que se consideran "imprescindibles para la llegada del bebé" no son más que trastos perfectamente sustituibles por algo que ya tienes en casa y que sirve exactamente igual.
Por ejemplo: el esterilizador de biberones. Me negué a comprarlo porque me parecía enorme y nuestra cocina es de miniatura. Y me alegré, porque cuando Manuel tenía unos dos meses y empezamos con algún biberón, simplemente los hervíamos una vez al día en una olla grande y a correr. A partir de los tres meses los pediatras ya no recomiendan esterilizar, sino solo lavar bien con agua y jabón, así que, salvo casos de niños prematuros y especialmente delicados, yo no creo que merezca la pena tener semejante monstruo ocupando espacio sobre la encimera.
Hay otro artilugio llamado "calientatoallitas" que me recomendaron vivamente. Si no vives en Siberia, no lo veo nada necesario. Los primeros días el bebé llora cuando le cambias el pañal (en realidad, al principio lloran por todo), pero es porque no conoce esa nueva sensación y se asusta. En cuanto se acostumbra, no le importa nada la temperatura de las toallitas. Palabra.
En cuanto a la mochila portabebés, en cualquiera de sus variedades, mi opinión es que es bastante práctica en una etapa muy determinada de la vida del bebé y, especialmente en verano. A mí me la prestaron y la utilicé bastante durante el tercer y el cuarto mes de Manuel (por ejemplo, para viajar en el AVE o para hacer la compra y poder llevar el carrito). Aunque a él le encantaba, llega un momento que el niño pesa demasiado para llevarle más de diez minutos seguidos. Además, llevarle en la mochila para hacer tareas domésticas suena muy bien pero es poco realista. Intenta hacer la cama con una mochila cargada con seis kilos de arroz sobre tu tripa y sabrás a qué me refiero... En fin, que está muy bién tenerla pero si te la pueden prestar, mejor que mejor.
Las grandes compras sin las que no hubiera podido pasar han sido:
El sacaleches, durante la lactancia me permitió salir algunas noches, y, aunque costó algo caro porque era eléctrico (de Avent), creo que mereció la pena.
Por supuesto, el cochecito. Nos prestaron uno de Jané con el capazo y el maxicosi. La silla, de MacLaren, es nuestra (regalo de la abuela Mari). Es muy compacta y fácil de abrir y cerrar, pero no he probado ninguna otra, así que no puedo comparar.
La hamaquita: la nuestra es la de Babybjhorn, y después de haber hecho una investigación bastante exhaustiva, creo que es la mejor. Ocupa poco espacio, es ligera, moderna y plegable, se puede utilizar desde el nacimiento hasta los dos años, y tiene un sistema de contrapeso que hace que el bebé pueda balancerse solo moviendo sus piernecitas. Es muy sólida y a Manuel le encanta, se le ve muy cómodo y seguro. No sé qué haría sin ella.
El aspirador de mocos: lo utilizamos a diario, incluso dos veces al día... es imprescindible
La hamaquita de baño: por el módico precio de 9 euros, y es la mejor bañera para el bebé. Como es ergonómica, el bebé tiene la espalda un poco levantada y tú las manos libres para enjabonarle. Está seguro y al mismo tiempo tiene movilidad para chapotear cuanto quiera. Eso sí, los primeros días es mejor bañarle en el lavabo porque al ser tan chiquitín se asusta un poco en un espacio demasiado abierto.
La trona, es otro trasto, pero en este caso es útil para darle de comer en una buena postura y no dejarte la espalda. Nosotros elegimos la de Baby confort porque, según dicen, crece con el niño y se va adaptando a su tamaño y a sus necesidades a medida que se hace mayor.
En cuanto a ropa, nunca hay suficientes bodies y pijamas, es lo que más se usa. Los primeros meses hay que llevar siempre ropa de repuesto, body incluido, porque se manchan muchísimo con las caquitas líquidas. La ropita de salir, es mejor que sea de una pieza (como los pijamas pero de calle) porque cuando le pones un conjunto de camisa o jersey más pantaloncito cada vez que le cojes en brazos se le sube lo de arriba y es un lío. Yo tenía un ejército de patucos monísimos y de todos los colores que apenas utilicé porque se le caían constantemente, son mucho más prácticos los calcetines. Hasta los seis meses o así no se les ponen los zapatos. Van mucho más cómodos sin ellos y es bastante complicado calzarles tan pequeñitos.
El saco de dormir: desde que nació, Manuel se destapa constantemente. Yo me despertaba atormentada pensando que el niño se habría destapado (y así era) así que cuando empezó el frío le compramos un saquito para dormir que es muy práctico y dá mucha tranquilidad.
Y esto me recuerda algo que me compró mi madre unos días antes de nacer Manuel, que es una pequeña luz nocturna (a la venta en cualquier ferretería) que se enchufa y dá una luz ténue, lo justo para evitar tropiezos y caídas en mitad de la noche.
Se entretienen con cualquier cosa. Su "juguete" favorito hasta el momento es una mini bolsa de plástico de las que hacen ruido y con la que puede pasar largos ratos (ya he comprobado que no le cabe la cabeza dentro). Los trapos también le entusiasman, especialmente los de colores, y los libros de tela. Hay un par de sonajeros-mordedor, que le hacen gracia. A los peluches por el momento ni caso.
martes, 2 de diciembre de 2008
Seis meses
jueves, 27 de noviembre de 2008
Socorro: las fotos nos invaden
jueves, 20 de noviembre de 2008
Primera Papilla: Manuel 1-Mamá 0
domingo, 9 de noviembre de 2008
Domingos al sol
sábado, 8 de noviembre de 2008
Yes we can
lunes, 3 de noviembre de 2008
Cumpleaños, Sorolla y sin coche
Ayer fue el cumple de su papá, que sigue siendo la persona favorita de Manuel, y se ríe con él a carcajadas. Lo celebramos la noche del sábado tomando copas con los amigos en Guilligan's, el bar de Fito, y lo pasamos genial. Manuel se quedó con su abuela Mari y se portó de maravilla. Aquí foto del peque con su papá, que ya tiene 38, aunque nadie lo diría...
La semana pasada, Manuel visitó por primera vez un museo. Como no habíamos salido el sábado, el domingo por la mañana decidimos hacer algo diferente y nos fuimos al Museo Sorolla a dar una vuelta. La verdad es que fue muy buena idea, es un sitio precioso. Tanto la colección de cuadros como la casa en sí, un palacete en el barrio de Chamberí donde vivió el pintor con su familia, y que es una preciosidad. Estas fotos están hechas allí.
Por lo demás, la semana fue algo accidentada. El miércoles pasado, a un gracioso se le ocurrió la feliz idea de quemar un contenedor, y con él mi coche, que por desgracia estaba aparcado al ladito. Así que me he quedado sin mi lancia, que era viejo pero funcionaba y me llevaba a los sitios, que es de lo que se trata. Ahora, a ver qué miseria me da el seguro... y a comprarme un coche nuevo. Lo cierto es que no me hace nada de ilusión, pero lo necesito. Los coches no son lo mío, personalmente prefiero gastármelo en bolsos y zapatos, que me sientan mucho mejor...
miércoles, 22 de octubre de 2008
Mamá trabajadora
En el trabajo todo el mundo me pregunta por Manuel. Y yo, qué voy a decir, pues que es precioso, que se porta muy bién, que está muy grande... Pero es que es la verdad! Cuando llego del trabajo no me hace tanta fiesta como a mí me gustaría. Será que aún es muy pequeño, y yo creo que casi no se dá ni cuenta de que no estoy en toda la mañana. Lo cierto es que está muy bien atendido. Se queda con una chica que hemos contratado que se llama Inés y parece que está a gusto con ella porque le ríe un montón. Además, la abuela Mari vino el lunes y ha venido hoy, así que no le faltan atenciones y cuando yo llego no parece que me haya echado de menos. Yo sí le extraño, aunque no tengo demasiado tiempo de pensar en él porque para conseguir cumplir mi nueva jornada intensiva me paso el día sin levantar la cabeza, y por ir deprisa casi no voy ni al servicio.
La semana pasada durmió varias noches de un tirón, y yo tan contenta creyendo que ya habíamos abolido el bibe de la madrugada. Sin embargo, parece que sabe que vuelvo a madrugar... y esta semana el muy tragón ha decidido volver a pedirlo. Es aún más duro levantarse a darle el bibe cuando el despertador no perdona. Al menos tengo la suerte de que David se levanta algunas noches y así yo puedo dormir, si el insomnio me deja, claro... A ver si hay suerte y cuando empiece a darle cereales duerme más seguido. ¿Es verdad que aguantan más con los cereales o es sólo un mito?

lunes, 13 de octubre de 2008
Creciendo
viernes, 10 de octubre de 2008
Flash Back: El Parto (2)
miércoles, 8 de octubre de 2008
Lo dudo
No es que me haya vuelto loca. Es un fragmento de una canción de Los Panchos que me encanta. Estos días se la canto a Manuel mientras le cambio y se pone como loco, se ríe a carcajadas y dá grititos. No me sé muchas canciones infantiles, por no decir ninguna, así que le canto Los Panchos, Serrat, Sabina... Ya sé que es un pelín cursi pero me lo paso bomba, y cada día desafino menos!
martes, 30 de septiembre de 2008
Cuatro meses

Estos días estoy disfrutando muchísimo cuidándole. Estoy feliz viendo sus pequeños logros, sabiendo lo sano y lo contento que está. A David también se le ve encantado con su niño, aunque desde que le acuesto tan pronto casi no le ve despierto por la noche, salvo para darle el último bibe. El viernes jugamos al Euromillón con unos amigos y el premio eran nosecuantos millones de euros. Vimos el sorteo en la tele y, por supuesto, no ganamos. Y yo pensaba, si es que a nosotros la lotería ya nos tocó el 30 de mayo!
domingo, 21 de septiembre de 2008
El primer regalo de papá
Esta ha sido la primera noche que Manuel ha pasado en casa de su abuela Mari, y David ha ido a recogerle mientras yo me quedaba en casa disfrutando de una tranquila mañana de domingo, ¡SOLA! La maternidad es una experiencia preciosa, y todo eso que se dice… Pero hay que ver qué bién sienta una noche de libertad de vez en cuando, para recordar que además de madre, una puede ser mujer, joven, sexy, divertida… en fin, muchas más cosas. Gracias suegra por permitirlo. Eso sí, ahora estoy deseando que lleguen para darle un achuchón a mi niño.
Cada día está más grande y más simpático. Ahora está pasando por una fase un poco molesta porque le ha dado por gritar a todas horas. Se lo pasa bomba escuchando su propia voz y los diferentes sonidos que puede hacer, y la verdad es que nos vuelve un poco locos, especialmente a la hora de la cena, cuando yo ya estoy algo saturada y deseando que se duerma. Por lo demás, duerme ya muchas horas seguidas, su record está en 9 horas y media, aunque por lo general aguanta desde las once de la noche hasta las seis de la mañana. Lo bueno es que después de darle el bibe se vuelve a dormir hasta las nueve o nueve y media. Después, a eso de las once de la mañana duerme casi una hora y por la tarde suele echarse un par de siestas. Sobre las nueve de la noche siempre se pone algo nervioso y es más difícil conseguir que se duerma, así que la mayor parte de los días está dando guerra hasta las once, que es cuando le damos la última toma y cae rendido. Parece que ha salido un poco noctámbulo, como sus padres. Mi objetivo ahora es conseguir que se duerma sobre las nueve y media y adquiera una rutina de sueño. A ver si lo logro antes de volver a trabajar, ¡sólo me queda un mes!!
martes, 16 de septiembre de 2008
Flash Back: El Parto (1)
Como ya he dicho, este blog debería servir para no olvidar ninguna de esas pequeñas cosas que nos están ocurriendo desde que nació Manuel. Así que hoy inauguro esta sección, en la que iré contando las cosas que ocurrieron antes de convertirme en cibermamá:
Jueves, 29 de mayo de 2008, 17.30h.
Estoy en casa, ya de baja pero aún trabajando delante del ordenador. Empiezo a notar contracciones fuertes, bastante más que las de los últimos días, pero no le doy importancia porque el martes ya habíamos ido a urgencias por lo mismo y me habían "devuelto" diciendo que eran "pródomos de parto". El caso es que durante toda la tarde las contracciones continúan y son cada vez más dolorosas. Empiezo a anotar la frecuencia, y son bastante seguidas, cada cinco minutos más o menos. Sobre las ocho hablo con David por teléfono y le digo que vamos a esperar a que las contracciones sean regulares porque temo que me pase otra vez lo mismo. Cuando David llega de trabajar, sobre las nueve y media, las contracciones son ya cada tres o cuatro minutos, y el dolor ya me deja sin respiración, así que decidimos "probar" de nuevo e ir al hospital. Esta vez estoy casi segura de que estoy de parto, llevo cinco horas con contracciones. Antes de salir cenamos algo rápido porque sabemos que la noche será larga. Espárragos con mayonesa y algo más que no recuerdo. Yo estoy inexplicablemente tranquila, aunque cada contracción es más intensa que la anterior. En la tele ponen Cuéntame. Dejamos el episodio a medias y salimos de casa con las maletas a eso de las diez y media. En el coche nos miramos y nos entra la risa floja, vamos a ser padres en unas horas y parece irreal, como una película. En la radio suena el tema del verano, "Mercy", de Daffy...
Continuará
lunes, 8 de septiembre de 2008
Duda razonable
Esta foto es del último día en Fuengirola, que nos animamos a ir a la playa. Todo el mundo dice que a los bebés no se les puede llevar, pero estábamos hartitos de piscina y como no hacía demasiado calor, nos decidimos a ir. Y no nos equivocamos, pasamos un día estupendo y Manuel estuvo feliz, durmiendo casi todo el día. La brisa del mar le relajó un montón y además en el chiringuito ponían una música buenísima que parece que también le encanta, y cuanto más alta, mejor. De meterle en el agua ni hablamos, porque además de que es muy pronto para eso, estaba heladita, casi no me meto ni yo.

Ya estamos en Madrid y Manuel se está convirtiendo en una delicia de niño. Anoche durmió por primera vez en su habitación, en la cuna grande, porque el moisés se le ha quedado ya pequeño. Se me hacía un poco raro tenerle tan lejos y me preguntaba si le oiría llorar. Por supuesto que le oí, como un reloj reclamando su bibe a las seis y media de la mañana. Se lo dí en la penumbra para no despertarle demasiado, y siguió durmiendo hasta las nueve y media, que es más o menos lo que hace todas las noches. Ha descubierto que le encanta el móvil que hay encima de su cuna, se lo regaló su madrina, y se pasa muchos ratos mirándolo encantado de la vida. También le gusta mucho un columpio con juguetes que cuelgan que le compramos en Imaginarium, y ya empieza a mover las manitas intentando tocarlos. Se zampa los biberones en dos minutos o tres, y cada vez come más espaciado, aguanta hasta cuatro horas durante el día. Tengo que pesarle sin falta esta semana porque yo creo que ya debe rondar los siete kilos.
Mi propósito de septiembre, nuevo curso, o lo que sea: ser positiva y disfrutar cada día de mi pequeñajo. Sé que cuando vuelva a trabajar echaré muchísimo de menos estos momentos. Es una suerte verle sonreir y ver como va descubriendo el mundo cada mañana.
jueves, 4 de septiembre de 2008
El bebé en el mar


martes, 26 de agosto de 2008
Otro viajecito

Ahora estamos en Barcelona, hemos venido a pasar unos días con la madrina Marta y los primitos Blanca, Lucía y Mateo, en su maravillosa casa de Llavaneras. David se ha quedado en Madrid, debe de estar en la gloria disfrutando de estos días de independencia. Llegamos ayer por la tarde, en el AVE, y Manuel se portó muy bién durante el viaje. Ahora que definitivamente estamos dejando el pecho, disfrutamos los dos de la comodidad del biberón. El trayecto lo pasó en mis brazos, a ratos dormitando y a ratos haciendo gorgoritos que tenían encantados (espero, y sino, cuanto lo siento) al resto de viajeros.

Hoy hace un día plomizo y oscuro y Manuel está un poco como el tiempo, pesadito. Quiere estar en bracitos todo el rato y está protestón. Creo que acusa un poco el cambio de entorno y supongo que estará así hasta que se adapte. Claro que mejor que no se acostumbre demasiado porque solo nos quedamos hasta el viernes. Luego de vuelta a Madrid y el lunes nos vamos de nuevo, los tres, una semana de vacaciones.

El destete gradual está llendo bastante bién. A mí me sigue dando mucha pena, pero es lo que hay, Manuel ya no quiere esforzarse para sacar la leche, y no me queda más remedio que pasar página y disfrutar de las muchas ventajas del biberón. Ahora solo toma pecho en la toma de la madrugada, que como está medio dormido no se entera, y como cada vez duerme más horas esa toma se junta casi con la del desayuno, en la que tambien por ahora toma pecho. El resto del día toma bibe y se le ve tan contento como siempre, parece que no echa de menos el pecho. Lo que no sé es cuando dejaré de producir leche, porque por el momento sigo "ordeñandome" un par de veces al día y es una actividad de lo más reconfortante...
viernes, 22 de agosto de 2008
Movilidad reducida

Las mamás con carrito, en cambio, nos vemos obligadas a dar vueltas y más vueltas para aparcar mientras el niño berrea porque tiene hambre, y esperamos religiosamente a que nos toque el turno en el súper, y encima aguantamos que los que están en la fila antes que una (y no se ofrecen a cederte el paso por mucho que estés sudando de los nervios porque al niño le toca comer) le hagan carantoñas al enano preguntando qué tiempo tiene... No debería culparles, lo cierto es que para mí también han sido siempre invisibles las mujeres que empujaban carritos de niños, salvo para mirar al bebé con ternura, y nunca hasta ahora había pensado que tal vez la mamá agradecería un poco de solidaridad.
Porque no es fácil hacer las salidas cotidianas con un bebé de menos de tres meses (¡y su carrito!). Por ejemplo, poner gasolina. Esto no viene en los manuales para padres... En las gasolineras de autoservicio –el 99 por ciento de las que yo conozco, tú te pones la gasolina en el surtidor y después ¿qué haces con el niño cuando vas a pagar a la caja? ¿le dejas en el coche? Yo no, porque me imagino que muere achicharrado o que me lo roban unos traficantes turcos… Pero entonces se ofrecen dos alternativas: Una, sacas el carrito (ruedas por un lado y maxicosi por otro) y lo montas todo solo para ir a la caja y después haces el trabajo inverso… esta opción no resulta muy práctica, y menos con 40 grados a la sombra. Así que me quedo con la opción dos: coger al niño en bracitos y llevármelo a la caja, claro que entonces si necesito comprar algo en la tienda de la gasolinera me faltan manos, y por supuesto firmar el recibo de la tarjeta de crédito se complica bastante. Por supuesto cuando hago esto tampoco hay una caja especial para mamás con bebés de seis kilos y medio en brazos ni, por supuesto, nadie se ofrece a echar una mano sujetando el periódico mientras una trata de sacar el billetero… pero eso sí, mirar miran mucho, ¡qué mono! ¿Qué tiempo tiene? Una madre avispada me dirá que para estas cosas la mochila portabebés es muy práctica. Y es cierto, sino fuera porque montar y desmontar al niño de semejante artilugio me lleva al menos diez minutos, y las mamás recientes NO TENEMOS TIEMPO de nada.
También ha sido una nueva experiencia para mí tener que ir al baño fuera de casa con Manuel. Por supuesto el mostruo que tengo por carrito no cabe en ningún servicio público salvo en el de minusválidos, y no siempre hay uno disponible. Cuando no lo hay también existen dos opciones: Una es hacer pis con el bebé en brazos y dejar el carro fuera rezando para que a ningún desalmado se le ocurra robarte el bolso ni las compras. La otra es dejar a Manuel en el carrito y hacer pis con la puerta entreabierta, por supuesto sin sentarte en el váter por si acaso hay que salir corriendo. Yo personalmente prefiero la segunda opción siempre que no haya traficantes de niños en los alrededores.
Esto tenía que estar mejor pagado.
miércoles, 20 de agosto de 2008
A vueltas con la lactancia
Pasado el primer mes, y viendo que la cosa no mejoraba, iba incluso a peor, empecé a complementarle las tomas con algún biberón esporádico, y no pareció afectar demasiado al curso de la lactancia materna. Lo malo es que cuando Manuel cumplió dos meses y tuvo su estirón de crecimiento, empezó a demandar más y más, y lo que era un bibe de vez en cuando, se convirtió en uno casi a diario en la toma de antes de cenar, que es cuando yo tengo menos leche y él se queda desesperado de hambre. El caso es que en los últimos tres días Manuel le ha cogido tanto el gustito al biberón que no quiere saber nada de esforzarse en sacar la leche del pecho y cuando lleva unos minutos se pone a protestar como un loco, especialmente en las tomas de la tarde.
Yo tampoco pensaba alargar la lactancia mucho más del tercer mes, así que la solución sería destetarle del todo y listo. Pero no es tan fácil como parece, porque me provoca un montón de sentimientos encontrados…
lunes, 18 de agosto de 2008
El baño y la "bisa"
Hoy hemos ido a ver a la bisabuela de Manuel, que está en una residencia porque tiene Alzheimer. La verdad es que no es lugar para un niño tan pequeño, pero es increíble ver cómo reaccionan los ancianos, por muy enfermos que estén, cuando le ven. Y aún es más sorprendente ver cómo Manuel ha respondido ante las carantoñas de los abuelitos, por más que algunos dieran un poquito de susto, él les dedicaba sus mejores sonrisas. A su "bisa" le hemos alegrado la tarde. Si es que cuando quiere es un angelote.
sábado, 16 de agosto de 2008
Manuel y sus pequeñas cosas
Pero volviendo a la vida real, Manuel es un pequeñajo muy inquieto, muy tragón y bastante exigente. En las últimas dos semanas se ha tranquilizado bastante y ya no pide sus tomas de forma tan escandalosa, claro que cualquiera se atreve a hacerle esperar más de la cuenta. Hoy, sin ir más lejos, hemos salido a comer a un restaurante gallego que hay en Pozuelo, La Pulpería, uno de nuestros favoritos, y se nos ha hecho algo tarde, así que el regreso ha tenido como banda sonora los llantos histéricos de Manuel, que cuando tiene hambre monta un jaleo que parece que se está muriendo. Al principio me impresionaba muchísimo cuando se ponía así, todo colorado y rabioso y, aunque no puedo decir que me haya inmunizado, ahora lo llevo bastante mejor.
Hasta ahora he estado dándole el pecho y últimamente hemos empezado a introducir algún bibe en la toma en la que se quedaba con un poquito de hambre, sobre las ocho de la tarde. Al principio no quería saber nada de las tetinas, pero parece que ya les va cogiendo el gusto, y ahora me temo que lo que ya no le gusta tanto es el ritmo más lento con el que sale la leche del pecho, a ver como lo vamos toreando…
Cuando no tiene hambre es muy simpático y sonríe a todo el mundo. Sus sitios favoritos, además