Manuel está cada vez más despierto. Nos parece que esta semana ha dado un pequeño salto en su desarrollo, y se le ve con ganas de hacer más cosas... aunque lo cierto es que, aparte de reirse sin parar, hace más bien poco... El mejor momento del día sigue siendo el baño, chapotea como un loco y después se queda agotado. Su papá le agarra de la cabecita y le deja que "nade" durante un buen rato, y él disfruta como un enano... Lo más sorprendente es que la postura que hay que adoptar para que Manuel haga sus ejercicios de natación es incomodísima y su papá termina medio deslomado. Si me lo hubieran contado hace unos meses! Nunca creí que David sería capaz de hacer un sacrificio como ese por nadie, y mucho menos por un pequeñajo de tres palmos. Cosas como ésta me hacen quererle cada día más por ser el mejor marido y el papá más cariñoso.
Como ya he dicho, este blog debería servir para no olvidar ninguna de esas pequeñas cosas que nos están ocurriendo desde que nació Manuel. Así que hoy inauguro esta sección, en la que iré contando las cosas que ocurrieron antes de convertirme en cibermamá:
Jueves, 29 de mayo de 2008, 17.30h.
Estoy en casa, ya de baja pero aún trabajando delante del ordenador. Empiezo a notar contracciones fuertes, bastante más que las de los últimos días, pero no le doy importancia porque el martes ya habíamos ido a urgencias por lo mismo y me habían "devuelto" diciendo que eran "pródomos de parto". El caso es que durante toda la tarde las contracciones continúan y son cada vez más dolorosas. Empiezo a anotar la frecuencia, y son bastante seguidas, cada cinco minutos más o menos. Sobre las ocho hablo con David por teléfono y le digo que vamos a esperar a que las contracciones sean regulares porque temo que me pase otra vez lo mismo. Cuando David llega de trabajar, sobre las nueve y media, las contracciones son ya cada tres o cuatro minutos, y el dolor ya me deja sin respiración, así que decidimos "probar" de nuevo e ir al hospital. Esta vez estoy casi segura de que estoy de parto, llevo cinco horas con contracciones. Antes de salir cenamos algo rápido porque sabemos que la noche será larga. Espárragos con mayonesa y algo más que no recuerdo. Yo estoy inexplicablemente tranquila, aunque cada contracción es más intensa que la anterior. En la tele ponen Cuéntame. Dejamos el episodio a medias y salimos de casa con las maletas a eso de las diez y media. En el coche nos miramos y nos entra la risa floja, vamos a ser padres en unas horas y parece irreal, como una película. En la radio suena el tema del verano, "Mercy", de Daffy...
Continuará
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