Hoy cumplimos cuatro meses. Y digo cumplimos, en plural, porque Manuel los cumple como personita y yo como mamá, que no es poco. Hemos ido al pediatra a que le pusieran las vacunas y a la revisión. Pesa 7,700 kg y mide 66,5. Tanto la enfermera como la pediatra han dicho que está estupendo, y hasta se han sorprendido de lo grande que está. Solo tiene una pequeña conjuntivitis sin mayor importancia y me han dado unas gotas para resolverlo. Aunque ha llorado un poquito, se ha portado muy bien cuando le han pinchado y pasados cinco minutos se le había olvidado el llanto y estaba sonriendo tan contento. Después, al volver a casa, estaba un poco revueltillo, no ha querido el bibe y he tenido que dormirle en brazos porque estaba muy nervioso, pero ya se ha despertado de la siesta y está dando grititos que es su deporte favorito estos días.
Cada vez se porta mejor, es más simpático y más adorable. Ya sujeta la cabecita perfectamente y esta semana ha empezado a incorporarla un poco en la silla de paseo. Aún no sabe sujetar las cosas, pero sí alarga las manos para tocar los juguetes y cuando consigue cogerlos se los lleva a la boca. Le gusta golpear en la mesa con sus puños como si fuera un tambor, y se parte de risa cuando le pongo frente al espejo. Hace una semana empecé a acostarle a las nueve de la noche. Aunque la primera noche lloró bastante, ya se ha acostumbrado y ahora no protesta nada y se duerme enseguida. Le despierto sobre las doce para darle un bibe y se lo toma medio dormido. Después, le cambiamos el pañal, y a dormir otra vez, hasta las seis más o menos y luego otra vez hasta las nueve. Por la mañana, cuando se despierta, empieza a hacer ruiditos y gorgoritos para que vayamos, pero no llora ni nada, y me encanta ver la sonrisa de felicidad que pone en cuanto ve asomarse mi cara sobre la cuna, es increíble.
Estos días estoy disfrutando muchísimo cuidándole. Estoy feliz viendo sus pequeños logros, sabiendo lo sano y lo contento que está. A David también se le ve encantado con su niño, aunque desde que le acuesto tan pronto casi no le ve despierto por la noche, salvo para darle el último bibe. El viernes jugamos al Euromillón con unos amigos y el premio eran nosecuantos millones de euros. Vimos el sorteo en la tele y, por supuesto, no ganamos. Y yo pensaba, si es que a nosotros la lotería ya nos tocó el 30 de mayo!
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