jueves, 4 de septiembre de 2008

El bebé en el mar

Estamos en Málaga desde el lunes, en el Hotel Guadalpin Byblos, que en su día debió de ser de superlujo, pero que ahora está un poquito de capa caída, parece que ha cambiado de dueños y no es lo que era, qué le vamos a hacer. Aún así, estamos muy cómodos, el servicio es atento y Manuel se está portando bastante bien. Duerme más que en Madrid, por eso de estar más cerca del nivel del mar, y está contentísimo. El viaje en coche hasta aquí le sentó bastante mal y estuvo unas 24 horas revueltillo, pero ya está como en casa. Si le seguimos llevando de un lado para otro se va a terminar acostumbrando.

Ayer Manuel conoció el mar. Aún es muy pequeñín para bañarle, pero nos acercamos a la orilla y le mojé los pies y la cabecita. Estuvimos casi todo el día en Puerto Banús, comimos en el chiringuito Pesquera, que tiene buen servicio pero la comida no es muy recomendable.


Los demás días hemos hecho tumbing en la piscina, siestas y poco más. Estamos disfrutando un montón del lechón y de sus risas, está graciosísimo. Cuando le ponemos boca abajo ya se sostiene bastante rato sobre sus bracitos y si le sentamos también aguanta mucho más la cabecita. Con el bibe está encantado, aunque se mosquea por la noche porque ahora la leche no está preparada inmediatamente como cuando tomaba el pecho. Tardo unos 5 minutos en calentar el bibe en el calientabiberones que hemos traido, pero este pequeño tirano no puede esperar tanto y monta un escándalo de aquí te espero a las cinco de la madrugada. Nuestros vecinos de habitación deben de estar encantados. Menos mal que a su abuela Mari, que acaba de llamar por teléfono, se le ha ocurrido la idea de dejar el agua caliente en el termo, a ver si así no nos echan del hotel esta noche. Hay que ver qué torpes somos!

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