Estos días mi preocupación principal es la lactancia. Como ya he dicho, Manuel es un niño muy tragón y desde el principio ha sido difícil alimentarle al pecho. Las primeras semanas las tomas eran larguísimas y tan seguidas que se juntaba una con la siguiente. Yo estaba agotada y me sentía como un chupete humano. Había leído mucho sobre lactancia antes de nacer Manuel, y sabía que hay que poner al niño al pecho tantas veces como lo pida para asegurarse que la producción de leche sea la adecuada. La teoría está muy bién, y el papel lo aguanta todo, pero a la hora de la verdad, poner al niño al pecho tanto como quiera significaba no tener tiempo ni de ducharme. Muchos días terminaba llorando de puro agotamiento, pero al pequeño Manuel poco le importaba si él podía seguir mamando.
Pasado el primer mes, y viendo que la cosa no mejoraba, iba incluso a peor, empecé a complementarle las tomas con algún biberón esporádico, y no pareció afectar demasiado al curso de la lactancia materna. Lo malo es que cuando Manuel cumplió dos meses y tuvo su estirón de crecimiento, empezó a demandar más y más, y lo que era un bibe de vez en cuando, se convirtió en uno casi a diario en la toma de antes de cenar, que es cuando yo tengo menos leche y él se queda desesperado de hambre. El caso es que en los últimos tres días Manuel le ha cogido tanto el gustito al biberón que no quiere saber nada de esforzarse en sacar la leche del pecho y cuando lleva unos minutos se pone a protestar como un loco, especialmente en las tomas de la tarde.
Yo tampoco pensaba alargar la lactancia mucho más del tercer mes, así que la solución sería destetarle del todo y listo. Pero no es tan fácil como parece, porque me provoca un montón de sentimientos encontrados…
Tomo tres decisiones diferentes cada día: decido que le voy a quitar el pecho definitivamente, después que voy a seguir alternando bibe y pecho, después que me saco la leche con el sacaleches y se la doy en bibe…Estoy hecha un LÍO!!! Por un lado, si le paso a bibe, voy a recuperar parte de la libertad perdida, y eso me motiva, así como poder tomarme unas cañitas tranquilamente… Pero es que, al darle el pecho siento algo muy especial, una ternura indescriptible, y me da muchísima pena renunciar a eso, es como si le separara un poco de mí, como si se hiciera un poquito mayor de repente… Ya sé que es irracional y que las hormonas me tienen sorbido el seso… pero es lo que siento! Qué le voy a hacer… David cree que me estoy volviendo loca, y puede que tenga razón. La maternidad es lo que tiene.
2 comentarios:
nadie dijo que la lactancia materna fuera facil. pero es muchisimo mas gratificante que los bibes.
me parece un error hacer pasar el trauma a un bebe con 3 meses de destetarlo y pasarlo al bibe. eso se hace mas adelante. para mi es un atraso.
mi lactancia ha sido dura pero feliz y todavia dura durante 19 meses....
Jaja... que bueno encontrar que a alguien le ha pasado lo mismo que me esta pasando a mi ahora mismo.
Yo tambien Estoy hecha un LÍO!!!
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