martes, 30 de octubre de 2012

Bebé resfriado por amor

No recuerdo ver a Manuel resfriado cuando era bebé. Creo que cuando por primera vez se puso malito tenía más de un año, así que tener a Julio resfriado ya, por segunda vez, a sus cuatro mesecitos de nada se me hace muy cuesta arriba. Aunque ahora sea una mamá con experiencia, ésto no lo había vivido, así que me pongo de nuevo en la fila de las novatas.

¿Y por qué se resfría el pobre Julio? Pues  ni más ni menos que por amor. Su hermano, que le adora, se abalanza sobre al llegar del cole, se lo come a besos pese a mi horrorizado: "noooo, primero lávate las manos al menooossss", y sin duda le regala todo un menú de bacterias para merendar al pobre. Mientras lo hace, a mí me parece estar viendo a las bacterias y los virus saltar del mayor al bebé con cara de malos bichos, haciéndome burla tipo "chincha rabia que ahora voy y pongo al bebé malito" Y sólo me queda reñir al lechón por su ternura y su adoración por su hermano... Pero no lo hago, ni le castigo ni nada, aunque me desobedezca de manera manifiesta tooodos los días.


Me siento incapaz de enfadarme con él por eso, aunque el resultado sea que llevamos ya dos resfriados en solo un mes. Supongo que entonces me tendría que enfadar también cuando le dice, al oído, para que los mayores no nos enteremos: "te quiero peque peque", o cuando espera, con una paciencia tan inusual en él, a que termine de calmar a Julio durante diez minutos para después ir a leerle su cuento de antes de dormir. No le riño y lo que pasa es que ahora me siento fatal porque Julio lleva dos días moqueando a mares, con los ojos llorosos, con una bracitis aguda que me tiene la espalda hecha puré, y pasando unas noches que ni falta que nos hace la de Halloween de mañana. Pero cuando me asomo a su cuna y sonríe con esta carita se me olvidan todos los males.

No hay comentarios:

Related Posts with Thumbnails