martes, 26 de octubre de 2010

Nuevos amigos


Después de las larguísimas vacaciones de "mid-term" Manuel ha vuelto a la Escuela Infantil. Lo cierto es que estos primeros días está yendo con algo de desgana y llora un poquito cuando le dejamos allí, pero me dicen que después de marcharnos está perfectamente integrado y se lo pasa pipa. Ahora ya va a jornada completa, de lunes a viernes y de nueve a dos.
Su compañero de juegos favorito se llama Owen. Es un niño estadounidense, de Seattle, y tiene unos seis meses más que Manuel. Les encanta estar juntos, aunque los motivos de tanto entusiasmo son un gran misterio para mí, por que se pasan el día peleándose. Parece que el problema fundamental es de comunicación, no se entienden, luego todo lo solucionan a golpes.  Aunque hay que reconocer que el que inicia las peleas es Owen, que tiene la mano bastante larga, y a la mínima se lía a guantazos. Manuel sabe defenderse, se encara con él y le grita: "para Owen, para". Es entonces cuando un adulto acude y encuentra a Manuel arrinconado y a Owen atizándole como puede... igualito que en un ring de boxeo. Algunas veces Manuel le devuelve el golpe, e incluso ha llegado a morder, pero casi siempre se limita a decirle que pare. Lo hace tan a menudo que Owen ya sabe que "para" significa "stop". A ver si al final van a aprender los demás más español que Manuel inglés.
 A raíz de la amistad entre los peques también nosotros hemos entablado relación con los padres de Owen, y vienen a casa a menudo para que los críos jueguen.  Me gusta mucho ver que Manuel sigue siendo bastante generoso con sus cosas. Me derrito cuando le da uno de sus coches a Owen según entra por la puerta diciéndole "toma Owen". Me llena de orgullo ver que es amable y sabe compartir, aún más teniendo en cuenta que aquí en Bali tiene poquitos juguetes, nada que ver con la cantidad ingente de cosas que tenía en Madrid .
En general, sigue siendo un niño bastante sociable, aunque ahora lo es mucho más con los de su tamaño que con los adultos, a quienes de primeras suele rechazar de plano. Ha desarrollado una mezcla entre timidez  y miedo hacia la gente nueva, y sospecho que tendrá algo que ver con que desde que llegamos a Bali todo el mundo hable "tan raro". En su pequeña cabecita debe de pensar que la gente se ha vuelto un poco loca, y dirá "ahora que yo empezaba a entenderles y se han estropeado todos a la vez..." En cambio, con los niños no tiene problema, y se acerca a los desconocidos en cualquier parte para jugar con ellos. Es increíble lo universal que es el lenguaje del juego, sin entenderse una palabra los niños pueden pasar ratos estupendos juntos, mientras los adultos necesitamos subtítulos para todo. En ese aspecto los niños tienen mucho que enseñarnos, ¿no os parece?

2 comentarios:

Caracolas dijo...

Hola mamá de MANUEL, quiero decirte que me encanta leer vuestras aventuras en Bali y cómo os integrais y os va la vida por alli. manuel es un ñiño riquisimo, con su caracter pero con un gran corazon, ya lo ha demostrado con ese bruto de Owen, pobrecito Manuel....En fi,qué experiencia tan bonita estais viviendo y ala vez inolvidable.
Besos desde España.

sonia dijo...

La verdad es que es digno de elogio que sea tan sociable y generoso, supongo que es signo de su buena adaptación. El idioma lo aprenderá muy rápido, o eso he oido decir hasta la saciedad siempre; los niños aprenden de forma muy fácil los idiomas mientras son pequeños... La foto del post parece el anuncio de una película, preciosa. Un saludo, familia!!

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