Ultimamente me paso el día pintando. En cuanto Manuel me ve llegar del trabajo, lo primero que hace es ir al lugar de su cuarto donde guardamos los plastidecores y el cuaderno, mientras dice, "mami, pimpar". Y pone tanto interés que no hay quien se resista. Al final él pinta entre poco y nada, porque lo que le gusta es que yo vaya dibujando cosas mientras le cuento historias, o le pregunto lo que son para que las idenfique, o, lo que ya es la pera limonera, que pinte lo que él me pide. Así a lo tonto estoy aprendiendo a dibujar las cosas más insospechadas, desde helicópteros (
toto) hasta tractores (
tato) -lo que me sale podía ser un tractor o un mapa de Noruega... cualquier cosa, pero Manuel es muy agradecido. También pinto trenes, autobuses (cómo no), grúas (con más bién poco éxito), así como Pocoyo, Ely y toda sus tropa... Si por mi niño fuera, pintando podría pasar horas, y él pegadito a mí y tan feliz. Es agotador, pero lo bueno es que me sirve para enseñarle un montón de cosas, y pintando está aprendiendo las formas: ya identifica cuadrado, triangulo, círculo, corazón, flor, rombo... Los colores, se los sabe bastante bién, aunque el verde y el azul los confunde bastante, y su favorito parece ser el rosa de Ely. Intento también que aprenda a reconocer los números, y en ésto aún no he tenido suerte, pero de tanto oirlo ha aprendido a contar hasta seis, y cuando le preguntas ¿cuántos coches hay? empieza...
"uno, tes, cato, tico, te". Me parto de la risa.
Y es que mi niño es la alegría de la huerta, el tesoro de la casa. Nos alegra los días con su entusiasmo contagioso, su sonrisa, sus fiestas para cualquier pequeña cosa que ocurre. Ahora le ha dado también por bailar, y nos señala el reproductor diciendo "a bilar", y enloquece de emoción cuando ponemos música marchosa y bailamos los tres en medio del salón. Quería poneros un vídeo demostrativo que grabamos este fin de semana, pero no sé por qué ahora no consigo subirlo...
Incluso por la noche, cuando después de su cuento y sus rituales, le metemos en la cuna, se parte de risa mientras su padre y yo le abrochamos el saquito y le damos las buenas noches. Abraza la almohada, a su muñeca Ely, y se queda tan contento. Si entras a los cinco minutos está frito, y hasta el día siguiente. Es un niño muy feliz. Y yo también lo soy por tenerle a mi lado.
6 comentarios:
Ohhhhhhhhhhhh, que chula la foto.
Alberto tmb se sabe algunos colores y los numeros del 1 al 3 y lo de pintar ni te cuento, le pasa como a tu peque.
Si por ellos fuese estariamos todo el día pintando como tu dices.
Un besito.
manuel esta precioso!!! que guapo, y lo veo muy grandote,no??
por lo menos le entretiene, no? y aprende cositas. jajaj yo prefiero pintar a que me tengan correteando por la casa, jugando a nosequeajajjajajaaj
un besote,
que angelito dormido, esta guapísimo!!!
Àlex también es un gran amante de Eli... porqué será que a los niños les gusta más la elefanta?
Un abrazo,
Qué bonito es este post!!
El mio también está loco por pintar. A mi me hace pintar cocodrilos y peces y me he convertido en una artista... también he pintado a pocoyó pero con poco éxito. Se me dan mejor los paisajes...
Tienes un niño precioso!
Qué foto tan tierna.
Pues yo justo el lunes le compré a Leo unas ceras gorditas y con forma triangular, a ver si le sacamos la vena artística.
Manuel crece muy rápido, qué de cosas sabe ya!
Mi hijo también se entretiene muchisimo pintando! también cuenta hasta seis, qué gracia. A partir de ahí ya se desmadra: seis, ocho, dos, nueve!! :-D
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