domingo, 9 de noviembre de 2008

Domingos al sol

Madrid tiene cosas maravillosas. De pronto, un día de noviembre, te regala un sol resplandenciente, con esa luz especial que solo he visto aquí, en esta ciudad que muchas veces es tan hostil, pero que a la vez no pierde nunca su alegría. El domingo fue uno de esos días en los que los madrileños salen a la calle en tropel a dejarse bañar por ese sol y esa luz que alegra el corazón.
Una de las cosas que me gustan de tener a Manuel es que ahora no nos perdemos ninguno de esos días. Lo cierto es que antes pasábamos los domingos por la mañana en la cama tras una noche de sábado movidita. ¡Qué tiempos! Ahora, como el lechón nos obliga a madrugar, damos un paseo por el río y vivimos la mañana del domingo en todo su esplendor, con periódico y aperitivo al solecito. Es una auténtica gozada.

3 comentarios:

London dijo...

Yo también recuerdo aquellos domingos perros sin moverme del sofa.. que tiempos!!

Cada etapa tieen su cosas buenas y ahora disfrutamos de los rayos de sol acompañados de nuestros enanos.

Muchos besos

PD: te volveré a enviar la invitación, es posible qu haya caducado, si sigues teniendo problemas avisame.

Anónimo dijo...

He leído tu blog entero y me encanta. Eres la mamá que todas quisiéramos ser, con un niño adorable, un marido encantador... Me encanta!!!

Yo soy un poco obsesiva con el tema de ¿qué nos pasa a nosotras cuándo tenemos un niño? Porque tú estás increíblemente bien, ¿y sin hacer nada?

Un beso muy muy gordo y disfruta del fin de semana y de tus dos hombres!!!

Pequeñas Cosas dijo...

Ana, eres un sol por tu comentario, pero nada más lejos de la realidad. No estoy increiblemente bien como tú dices, pero me esfuerzo para que lo parezca, supongo que como todas las demás mamás. De todas formas, no te obsesiones, porque el día que tengas un bebé en casa los kilos de más serán la menor de tus preocupaciones. Besos

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