Puede ser lo más arisco del mundo y negarse siquiera a mirarme a la cara cuando llego del trabajo, o acurrucarse jugando a ser de nuevo un bebé para recibir de golpe todo el cariño que no pide. A veces le gusta que le abrace muy fuerte, y me dice que me quiere hasta la luna ida y vuelta. Otras, me pregunta si ya solo quiero a Julio y no a él, o me dice que él quiere a papi más que a mí porque es "el más guay". Los celos están presentes pero, de alguna forma, se las ingenia para aparcarlos y darle a su hermano todo el amor del mundo con solo mirarle. No quiere que nuestro bebé crezca, y yo tampoco.
Mi lechón tiene un carácter fuerte y un corazoncito frágil. Se lleva bién con todos los niños, sabe relacionarse muy bién y es generoso y amable. Le gusta mucho jugar con niñas a "papás y mamás", pero también puede pasar horas pegándole al balón. Con los adultos sigue siendo bastante
Yo cumplo hoy también cinco años como madre, y, al igual que el lechón, he aprendido en el camino muchas cosas. También igual que él, me queda toda una vida para seguir aprendiendo, para crecer como madre y como persona. Hoy ando desbordada organizando una fiesta de tiburones que me tiene atacada hace dos semanas. Lo hago con tanto cariño e ilusión que espero disfrutar de la fiesta tanto como mi cumpleañero. Una de las mejores cosas de ser madre es poder volver a la infancia de vez en cuando y vivir con emoción las pequeñas alegrías, que son después de todo la materia de la que está hecha la felicidad.
1 comentario:
Feliciades!!!! Un beso muy fuerte desde Málaga. Inma
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