martes, 5 de febrero de 2013

Tribulaciones próximas al Carnaval

Mientras el pequeño pasa por su quinto o sexto episodio catarral de lo que va de invierno (y lo que nos queda), esta humilde mamá se enfrenta a días de trabajo intenso tras noches interrumpidas por llantos desconsolados. Doble jornada, laboral y maternal, para terminar los días exhausta en el sofá, haciendo equilibrios entre la crianza del pequeño y la educación del mayor, mientras intento tener de vez en cuando vida en pareja, mirar a la cara al contrario y hacerle algún arrumaco, pintarme el ojo y ponerme un tacón para que se acuerde de por qué se casó con una, etc, etc...  Yo creía que ya de por sí mi día a día era difícil, pero mira por dónde que puede haber un más difícil todavía, y eso viene cuando en el cole te ponen deberes.

 Resulta que en aras de celebrar el Carnaval, el colegio nos pide ayuda a "los padres" (el genérico en este caso es un eufemismo doloroso, porque todos sabemos que del asunto disfraz nos vamos a encargar nosotras). Y nuestra misión consiste, nada más y nada menos, que en diseñar, cortar y coser para el lechón un disfraz de nota musical. Para tal fin, y siempre según las directrices del cole, hay que comprar tela de fieltro blanco (misión nada fácil y que, por suerte, he podido delegar en la Nana), cortar y coser una casaca que llegará por encima de la rodilla, sobre la cual se pegará la corchea negra, previamente recortada en fieltro negro, de manera más o menos centrada a la altura del pecho del infante.

A ello se dispone una servidora, y tengo temblores solo de pensarlo. Lo que para otras mamás seguro que será una actividad divertida para pasar una tarde con sus hijos, a mí se me hace un mundo. Y es que me vienen a la memoria recuerdos del cole, de la clase de labor, en la que una monja muy gruñona nos enseñaba a hacer vainica y mis manos torpes y chapuceras llenaban aquel pañito de lino de errores y de mugre. Lo de la costura es para mí un mundo desconocido, y las manualidades en general no son mi fuerte, ¡y eso que soy nieta de tapicera! Cuando me enfrento a retos como éste pienso en lo mucho que hemos evolucionado las mujeres para que, al fin y a la postre, la maternidad nos coloque de nuevo frente a nuestras ancestrales misiones... ¡a coser!

3 comentarios:

Inma (Málaga) dijo...

Pues a nosotros se nos acaba de fastidiar el carnaval por culpa de la varicela. Resulta que el viernes el cole entero se vestiría de hippie y yo ya le tenía preparada toda la vestimenta, mi gozo en un pozo. Besos y ánimo, nosotras podemos con todo. Inma

Anónimo dijo...

Anteayer uno de mis hijos me dijo que al día siguiente tenían que ir pintados de indios al cole.... y acaso se creen que todas las madres tenemos pinturas de colores para la piel en la nevera o en la despensa o en la mesita de noche!?!? pues lo solucioné con los lápices de los ojos... eso sí, en negro y marrón. Por la mañana todos le decían lo guapo que iba pintado de GATO! un desastre, vamos......

Kitty dijo...

Pobre... Pero tranquila!! Estamos todas igual... Es lo que tiene intentar conciliar. Ánimo guapa!

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