Reunión de fin de trimestre en la Escuela infantil. Las profesoras del lechón me dicen, sin miramientos, que Manuel es un payaso absoluto, que no se centra ni se esfuerza, que se dedica a intentar llamar la atención y hacer reír a sus compañeros. Intentan encauzarle: retirada de atención cuando se pone a hacer el ganso y refuerzo positivo cuando hace bién las cosas, pero me dicen que él lo que busca es el refuerzo en las risas de sus compañeros, y que eso sí lo suele conseguir, porque resulta que les hace gracia.
Creo que si me hubieran dicho que es tonto no me lo hubiera tomado peor. Siempre me ha sacado de quicio el ganso, payaso, bufón, graciosillo de la clase. Seguramente me horroriza tanto porque mi rol, mi personaje, mi papel en la infancia y adolescencia era el de la empollona, responsable, madura, seria, aburrida y muy sensata delegada de curso, y normalmente era el blanco de las burlas de ese otro personaje que ahora resulta que mi hijo de tres años están opositando a ser.
Y lo mismo me paso, que solo tiene tres años y no vamos a encasillarle todavía... pero ya como admito en la cabecera de este blog, soy doña angustias.
Tiene tela lo del Karma.
1 comentario:
Ay mi niño!!! pues yo pienso que es un error por parte de las profesoras encasillarle! Quizás sea una racha o no y resulta que es un cachondo mental, paciencia y poco a poco, hombre seria ideal que lograra compaginar ese papel de guasón con el prestar atencion en clase pero todo llegará. Un besito y no desesperes!
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