Hay días que me muero de amor. Como hoy, que me dice:
-Mami, eres muy guapa, muy guapa, muy guapa... eres una princesa
Yo, mientras le abrazo efusivamente sintiéndome, efectivamente, una belleza de concurso, le digo alguna cursilada estilo "tusiqueeresguapovidamialoquetequieremami....". Y él va y me contesta.
-Vamos a casarnos, mami. Vamos a casarnos porque eres muy guapa y una princesa.
Divino, aunque leyendo entre líneas me queda claro no se le puede pedir que valore mis horas de juego ni que celebre que por él haya aprendido a chutar un balón... pero la guapura ya es otra cosa. Así son. Todo porque una servidora se había mirado hoy algo más al espejo de lo habitual, y se había arreglado el pelo. Lo del pelo tiene sobre el lechón un efecto demoledor. Lo tiene claro, si llevo el pelo "largo", o sea, suelto, mami es guapa y una princesa. De lo contrario, no. Tan simple que dá hasta miedo.
Y hoy, mientras cenaba, me suelta que además, mami no está guapa ni es una princesa tampoco cuando está en la ducha. Ese es otro momento en el que mi pequeño Casanova tiene claro que no se casaría conmigo. Así de claro, ahora resulta que me tengo que peinar y maquillar también para mi hombrecito de 3 años. Bueno, pues es un buen motivo, y si me lo premia con besos... firmo!
martes, 28 de junio de 2011
lunes, 13 de junio de 2011
Tres años
Con sus amiguitos Eden y Lockie, el día de su fiesta de cumpleaños en Bali |
Por suerte en estos días hemos tenido más de lo primero y muy poco de lo segundo. Mi lechón está madurando y se porta cada día mejor. Le ha sentado bien volver a Madrid, le ha sentado bien la normalidad y la rutina de aquí, los mimos de sus abuelas, los montones de juguetes que recibió por su cumple, y seguramente también perdernos un poco de vista a su padre y a mí, que tal vez estaba ya hasta el gorro de tanto vernos. Mis miedos han resultado infundados y se ha adaptado tan bien que nos tiene a todos alucinados.
Será la edad o será que mi vuelta al trabajo le ha hecho ver que mami no está ahí siempre, fija como los cuadros que aún no tenemos en las paredes. Es curioso que en Madrid le está costando un poquito más hacer amigos, y aún hablando el mismo idioma parece que no conecta con los niños españoles. No le gusta jugar solo, y persigue a los niños para prestarles sus juguetes con tal de que compartan sus juegos. Pero ellos salen corriendo con el coche o el dinosaurio de turno y le dejan con carita triste y las manos vacías. Aún así su genio, que parecía incontrolable, está mucho más moderado y apenas hemos sufrido rabietas desde que llegamos. Pide las cosas por favor, casi siempre please, dice gracias y thankyou, cuando se tropieza te sorprende con un "soooorrry" muy cantarín. Me hace reir con sus preguntas incesantes y me agota porque quiere ser el centro de atención constantemente, pero ahora lo pide casi siempre con una sonrisa y no a gritos como antes. Decía mi madre el otro día que "hace mucha compañía" y es verdad. Espero que la "Nana" piense lo mismo y siga tan loca de amor por su nieto al final de la semana, porque ayer le dejamos en la playa con ella y con el "abu" y le recogeremos el sábado. Así que esta semana aprovecharé para poner mi vida en orden, actualizar el blog que ya tocaba, hacer un montón de recados, y disfrutar del papá ejemplar y de Madrid en primavera.
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