martes, 28 de septiembre de 2010

Haciendo amigos

Manuel empieza a decir algunas cosas en inglés: hello, goodbye, thankyou, open the door, sorry... Aprende rápido, y le gusta repetir todo lo que oye, así que es probable que muy pronto hable mejor la lengua de Shakespeare que una servidora. Lo gracioso es que también se lanza con el idioma local, y dice en indonesio "Teramakasi", que significa gracias. Toma palabreja. Mi niño, que es así de educado, y sabe decir gracias ya en tres idiomas. Os dejo aquí un vídeo en el que está jugando en la playa con unos niños balineses. ¡Se lo pasó en grande!

lunes, 20 de septiembre de 2010

Guerra y paz


Hoy hace un mes que salimos de España, y me parece que han pasado seis. No es que haya pasado despacio, no es eso ¡Es que han pasado tantas cosas! Tengo la sensación de que en Madrid la vida se nos pasa deprisa porque en realidad no nos pasa casi nada. Cada día es muy similar al anterior, y cuando miramos atrás, hacia nuestro último mes, en general tenemos dos o tres cosas que destacar entre nuestros recuerdos, mientras el resto de nuestras vivencias se pierden entre las neblinas de la monotonía. Cada día vemos las mismas caras, comemos las mismas cosas, llamamos a las mismas personas y sabemos lo que ocurrirá después.

De eso huíamos un poco cuando decidimos venirnos a vivir a Bali. Queríamos escapar del aburrimiento, de la monotonía y de hacer "lo que nos toca" desde ahora y hasta la jubilación. Cuando tomamos esta gran decisión seguramente no tuvimos en cuenta que a los niños lo que les dá seguridad y les hace sentir bién es precisamente saber qué es lo que viene después. Saber que después del baño viene la cena y después a dormir. Conocer el camino hasta el parque y pasar siempre por el mismo bar con el mismo perro en la puerta. Saludar a las vecinas, jugar con los "amiguitos" en el tobogán conociendo sus nombres... y entendiendo lo que dicen! Comer lo mismo cada día, ver los mismos capítulos de Pocoyo, dormir en su preciosa habitación de siempre... Si has leído hasta aquí supongo que ya entiendes por donde voy. Pues eso, que Manuel no está llevando nada bién todo esto de la mudanza y se porta fatal.


Todo con él es una batalla, cuando no una guerra declarada. Intentamos hacer las cosas con mucha mano izquierda, y antes de llegar al enfado y al castigo damos mil vueltas, os lo aseguro. Imaginación al poder. Papá ejemplar y yo nos hemos hecho fuertes en la adversidad y tenemos dos millones de recursos para cuando empieza a asomar el mal genio del lechón: hacerle reir con cosquillas, jugar a ser leones, delfines o robots, darle masajes, cantar como los siete enanitos de Blancanieves, contarle cuentos sobre niños que se portan muy bién y sus padres están orgullosísimos... Sin embargo, es muy difícil y está poniendo a prueba constantemente mi naturaleza impulsiva e impaciente, así que en casa hay más malas caras , amenazas y enfados de lo que me gustaría. Echo de menos a mi niño dulce y simpático, alegre y divertido, porque estos días casi nunca saca su mejor cara. Especialmente conmigo. Parece que en esta guerra que nos tiene declarada me ve como la capitana del escuadrón enemigo. A su padre le hace más caso y le reta menos que a mí. Y eso me duele. Intento acercarme a él, darle cariño, y me rechaza, buscando a cambio a su padre como para molestarme. Por otro lado es un alivio saber que si yo no puedo conseguir el objetivo, si nuestras conversaciones de paz se bloquean, puedo recurrir a mi aliado para que encuentre una nueva hoja de ruta.

Y en medio de toda esta guerra hay momentos en los que me hace reir, en que me llena de ternura y orgullo y me lo como a besos (aunque me aparta el desagradecido). Entonces vuelvo a sentirme tan enamorada de mi niño como siempre y sé que soy la peor madre del mundo, mientras me siento fatal por haber despotricado de él un minuto y medio antes. Ejemplos: Está haciendo grandísimos progresos y habla de maravilla. Construye frases sorprendentes y hasta termina las mías cuando le cuento alguna historia por la noche; En el "Playgroup" ya está completamente adaptado y desde la semana pasada ya no llora cuando le dejamos. Su profesora me dice que sigue muy bién el ritmo, que es muy listo y es bueno con los otros niños; Las calles de Bali están llenas de flores de frangipani, y cuando vamos caminando amenudo coje una del suelo y me la dá diciendo: "una flor de mami"; Cuando ve un caracol y me dice entusiasmado: "mira, mami, es un caracol-col-col..."

Supongo que no es solo la mudanza, que además es una "etapa" y que también pasará. Está reafirmando su personalidad, marcando sus límites y los nuestros, y está claro que no va a ser ningún pusilánime este niño mío. No sé de qué me quejo, nunca me ha gustado la gente que no tiene carácter. A quién habrá salido...

domingo, 12 de septiembre de 2010

Escondite

Estos días Manuel quiere jugar al escondite a todas horas. Lo más gracioso es su manera de esconderse. Él busca cualquier rincón donde pueda meter la cabeza y... allá voy! Mete la cabeza bajo el edredón, se mete debajo de la mesa (de cristal) de salón, se tumba en el suelo bajo nuestros pies con la cara entre las manos... En fín, lo que viene siendo desde siempre esconderse a lo avestruz. Yo insisto en que hay que enseñar a este niño a esconderse como es debido para que pueda jugar en la "guarde" sin parecer retrasado mental... pero su padre dice que no, que mejor que siga escondiéndose así para no arriesgarnos a que lo haga de verdad y nos pegue un buen susto. A veces pienso que el papá ejemplar se pasa de preocupado, de prevenido y de ejemplar. Me dá pena mi niño, entre que el pobre no habla el idioma y que no sabe jugar al escondite, con lo crueles que son sus congéneres, le van a colgar desde ya el sanbenito del "pringao" de la clase. Y eso puede llevar toda una vida superarlo.

En la playa de Sanur buscando cangrejos al atardecer

domingo, 5 de septiembre de 2010

Al cole (editado y con fotos)

Llevamos unos días bastante difíciles con Manuel. El miércoles pasado, 1 de septiembre, empezamos a llevarle a la Escuela infantil en Bali. Es una escuela fantástica, se llama Cheeky Monkeys, y es para niños desde 18 meses hasta seis años. El método educativo es británico y la enseñanza en inglés. Me encanta su filosofía educativa y también la escuela en sí, porque está en una casita rodeada de un enorme jardín que sería el paraíso de cualquier niño. Las clases son dentro y fuera de la casa, así que los peques están en contacto con la naturaleza todo el tiempo. Las profesoras son fantásticas, y la de Manuel, que se llama Luisa, me encanta porque parece haberse tomado “el caso Manuel” como algo personal y me cuenta cada detalle de lo que hace a diario. Por el momento irá 3 días a la semana, hasta que nos instalemos en una casa definitiva, y entonces la idea es llevarle de lunes a viernes, si es que finalmente nos quedamos a vivir por esta zona de Bali.

Este es el cartel que cuelga en la clase de Manuel, que es la de "Butterflys".
Véase el puchero de mi niño en la foto. Se la tomaron el primer día...
Pero Manuel está tardando más de lo que yo esperaba en adaptarse. Los tres primeros días han sido todo un drama. Separarse de nosotros le cuesta muchísimo, y se queda llorando con una pena tremenda. El primer día lloró desesperadamente durante una hora, y hasta vomitó. El segundo día lloró 20 minutos y también vomitó, pero luego estuvo más participativo y contento, y el tercero parece que fue de nuevo como el primero, pero sin vomitar… A mí me parte el corazón, y también al papá ejemplar, pero le dejamos pensando que, como todos los niños, acabará adaptándose y pasándoselo muy bién allí. Cuando volvemos a buscarle, dos horas y media más tarde, nos recibe haciendo pucheros como si no nos hubiera visto en un mes. Y con nosotros allí es cuando él empieza a disfrutar de su entorno. Es llegar nosotros y aquello se convierte en el paraíso que siempre fue, y él empieza una carrera desenfrenada para montarse en todo lo que pilla: la cama elástica, motos y coches de todo tipo, jugar en una minicocinita o en el minihospital, la piscina de bolas, el tobogán… El caso es que al final no quiere marcharse de allí y nos lo tenemos que llevar a la fuerza y llorando otra vez.


Estas son mis profes: Luisa y Ría, y yo me lo estoy pasando bomba

mami, ¡mira como salto en la cama elástica!

Y lo peor ha sido ayer y hoy. Parece que el pequeño monstruito nos está castigando por haberle abandonado a su suerte, y está de un humor de perros, se levanta por la mañana con una rabieta de no te menees y a lo largo del día nos obsequia con tres o cuatro más sin razón aparente. Como acto de rebeldía, se niega a hacer pis en el water y se lo ha hecho encima un par de veces para cabrearnos… Y mañana es lunes y volvemos a empezar... ¡SOS! Necesito a Supernanny!!

No hay fotos porque termino este post desde un cibercafe (sin tildes ni enhes) despues de haberme quedado sin bateria en el portatil. Lo intento manhana.

Edito: Hoy ha ido tomo mucho mejor. La separación ha sido dura, pero Manuel ha llorado mucho  menos y ha participado en las actividades de la clase como los otros niños. Este lechón mío es un campeón! Muchas gracias por los comentarios de ánimo.
Related Posts with Thumbnails