sábado, 28 de agosto de 2010

Sin tete en Bali


Casi veintisiete meses juntos y la historia de amor llegó a su fín. Me dan ganas de llorar mientras escribo esto. No os podéis imaginar el drama, el disgusto, la decepción, y las rabietas que ha sufrido Manuel al separarle de su chupete del alma… Terrible. Y sí, ya sé que no era el momento de hacerlo, que era mejor quitarle el chupete en un momento de estabilidad, rutina y horarios constantes. Me lo he repetido a mí misma cien veces, y al papá ejemplar otras tantas.
Pero no nos ha quedado más remedio. La víspera de nuestro viaje el lechón se cayó en el parque y se golpeó uno de los dientes de delante. Al pobre se le metió hacia dentro de la encía, se le movía un poco y parecía dolerle bastante. La encía inflamada e inyectada en sangre fue a peor cada vez, y durante el interminable viaje en avión no se separó del chupete, cosa que empeoró la situación aún más. Después de unos días en Bali vimos que aquello no mejoraba y que por la mañana Manuel se despertaba con la boca cada vez más hinchada. Nos dimos cuenta de que al succionar el chupete el diente se movía, clavándose aún más en la encía. Así que tuvimos que tomar una decisión drástica…

Quitarle el chupete ha sido infinitamente peor que quitarle el pañal. Pobrecito mío. Lo que ha llorado… Hoy es el cuarto día y ya lo lleva mejor, pero las primeras dos noches yo estuve a punto de claudicar. Si no llega a ser porque el papá ejemplar es mucho más fuerte que yo, le devuelvo su chupete sin duda. Además, Manuel sabe perfectamente quién es el eslabón más débil, así que gritaba “mami, mami, oto tete, mami” con una voz que me partía el alma… Le habíamos convencido de que aquí en Bali los nenes no llevan tete, que él ya es mayor… y hasta ahí todo bién. Tal fue la comedura de coco que él solito tiró el tete por el vater y le dijo, “allós tete”… Hasta ahí todo muy bién, porque claro, él sabe que tenemos al menos ocho tetes… lo malo vino a la hora de dormir. La niña del exorcista era un angelito a su lado.

Yo también echo de menos el tete una barbaridad… Esa tranquilidad de “enchufar” el tete y segundos más tarde escuchar la respiración tranquila del sueño profundo. El papá ejemplar lo ha sustituido por una miniexcabadora amarilla que es ya el último talismán. La cuidamos con esmero para que no se pierda, y a mí me tiene al borde de la paranoia. Así que ahora Manuel duerme con la excabadora en una mano, Ely en la otra, y su almohada entre las piernas. Que no le falte de nada!

lunes, 23 de agosto de 2010

En Bali

El sábado llegamos a Bali, así que hoy es nuestro tercer día aquí, y aunque os va a parecer increíble, Manuel dice ya en inglés "thankyou" y "hello", así como algunas otras palabras ininteligibles que debe de escuchar por ahí y repite con mucha voluntad, pero no hay quien las entienda... Pero hoy voy a recopilar aquí algunas de sus frases de estos días, que me han hecho partirme de la risa:
En el hotel, a los peces que hay en el estanque:
-Hola pez, me llamo Manel, el lechón.
-Coge el teléfono de la habitación y le pregunto -"¿a quién vas a llamar?"- y contesta todo convencido -"al tío Carlos"-
- "Manel se ha portado muy mal" o "muy bién", según le dé.
- "No, a la pitina no, mami, vamos a la piti"
- "Manel es una sirenaaaaa"
Está disfrutando de lo lindo de estos primeros días. La gente aquí adora a los niños, y en todas partes le dedican atenciones y sonrisas, así que él feliz y contento. Hoy le ha dicho al camarero la siguiente frase,  que me ha matado:
- "Señor, por favor, patatas fritas para mi niño"...
Me lo comooooooo

jueves, 12 de agosto de 2010

A comer (el método Estivill)

Sé muy bién que los métodos del doctor Estivill levantan ampollas entre aquellas madres y pediatras que siguen otras corrientes, o tienen una manera distinta de afrontar la crianza, y que prefieren regirse por la crianza natural, el colecho, etc... Yo creo que en esto de la maternidad no podemos ser "partidarios" o " forofos" de uno u otro médico, como si de fútbol se tratase, ni de unas "técnicas" determinadas o inamovibles. En mi condición de madre inexperta, yo lo que hago es ir probando y aplicando lo que mejor me vaya, a mí y a mi hijo, que por algo soy su madre, y se supone que quien mejor le conoce (espero que el papá ejemplar no se ofenda, pero es que una le ha parido...).

El caso es que a mí el método Estivill para dormir me fué muy bién, y desde que lo aplicamos (véase post al respecto) Manuel se duerme solo, y salvo algunas temporadas pasajeras, el tema del sueño nunca ha sido un problema en casa.


Así que después de unos días en que cada comida se había convertido en una pequeña batalla con el lechón, decidí que necesitaba un MÉTODO para conseguir que el monstruito comiera como es debido porque me estaba volviendo loca de atar. Fuí a la librería y estuve mirando la oferta al respecto. Estaba el consabido libro de Estivill y también el de Carlos González, Mi niño no me come. Estuve tentada de comprar ambos, y hacerme yo misma un max-mix... pero mi situación de mudanza-atacada-de los nervios, me impide leer tanto. Además, ojeando el libro de Carlos González, me pareció que más que darme unas pautas para conseguir que el crío coma bién, me iba a convencer de que no pasa nada, de que el niño ya comerá cuando tenga que comer y que ningún niño se muere de hambre. Pues vale. Supongo que no morirá de inanición, pero yo quiero que coma fruta y verdura sin que ello suponga un drama familiar.

A estas alturas os habréis dado cuenta de que compré el libro de Estivill. Es un manual chiquitín que tampoco es que te diga ninguna palabra mágica para que el niño coma, pero te da unas pequeñas claves que por el momento me han sido bastante útiles. Os cuento:

- Rutina, rutina, rutina: siempre el mismo lugar, el mismo plato y cuchara, sin tele ni distracciones. El acto de comer también se aprende, y la mejor manera para que los niños adquieran un hábito es repetirlo una y mil veces.

-Ante todo mucha calma: el niño no debe percibir nuestro malestar cuando rechace la comida. Si lo hace estamos perdidos.

-Si no quiere comer, debemos permanecer impasibles, darle un plazo determinado de 3/4/5 minutos, y quitarle el plato de delante como si no pasara absolutamente nada. Lo de los tiempos se parece un poco al método para enseñarles a dormir, y se trata de darles tres oportunidades para comer, alargando cada vez el tiempo que les dejamos delante del plato. Si no comen en cada intervalo, hay que quitarles el plato de delante, e ignorarles ampliamente durante los minutos posteriores, para después comenzar de nuevo el proceso. Si después de las tres veces el niño no come, se le deja sin comer, pero sin enfadarse ni reñirle. Eso sí, no se le puede dar ningún tentempie hasta la siguiente comida.

Yo aún no he aplicado el método, ni mucho menos. Por ahora lo único que he hecho es cambiar mi actitud hacia el tema de la comida, no enfadarme cuando no quiere comer, aparentar indiferencia, y tratar de reforzarle positivamente cuando sí lo hace. ¡Y funciona! Tampoco es que ahora el peque me persiga para comer su fruta, no nos engañemos, pero come un poquito mejor que antes y, con mucha paciencia, he conseguido que, en lugar de cerrarse en banda cada vez que ve una manzana, se coma la mitad, o  a veces más, si luego tiene como premio un huevo Kinder o un helado de chocolate. Vaaaale, ya sé que eso no es exactamente el método Estivill, pero ya os he dicho al principio que yo paso las técnicas de los libros por mi propio filtro.

jueves, 5 de agosto de 2010

En construcción

Si vives en Madrid lo sabes. Esta es una ciudad siempre en construcción. Por donde vayas hay obras, aceras levantadas, grandes socabones, gruas y taladradoras. La eterna "mejora" de nuestra ciudad ha dado como fruto todo un género de chistes sobre nuestro alcalde, "el topo Gallardón". Los madrileños bromeamos con sorna sobre su adicción a una tuneladora que utiliza por doquier y que costó nosecuantos millones de euros y él quiere amortizar a toda costa. Con la crisis tiene cada vez menos gracia la cosa, porque ahora los presupuestos escasean y las obras se alargan aún más, dejando el paisaje urbano triste y polvoriento, y el tráfico imposible, cómo no.
Este verano le ha tocado a nuestro barrio, y están construyendo una nueva pasarela para llegar a la Casa de Campo. Parece cosa pequeña, pero llevan ya un par de meses con las grúas y excavadoras al pie de nuestra ventana, así que nuestro particular despertador, además del lechón, son los ruidos de las obras, que comienzan  a eso de las 7,30 de la mañana. Yo estoy ya hasta el mismísimo moño, pero a Manuel le encanta. En cuanto escucha los ruidos quiere asomarse a la ventana a ver las grúas, y podría pasar horas mirándolas.  Lo más gracioso es que ha adquirido un amplísimo vocabulario en términos de construcción. Distingue perfectamente, y nombra: grúas, excavadoras, hormigoneras y taladradoras. Ayer, ibamos por la calle  y la nana le dijo, "mira Manuel, una grúa", a lo que contestó mi niño, "no, nana, una nigonera naranja", sólo le faltó el "no tienes ni idea". Ya se sabe, el vocabulario se adapta al medio. Dicen que los esquimales conocen más de 30 tipos de color blanco y sus 30 palabras correspondientes...

domingo, 1 de agosto de 2010

Life is better on the beach

Para los que nos conocen, este post no será una sorpresa, pero tal vez sí lo sea para mis amigas "virtuales". He tardado mucho en decidirme a escribirlo, quizás porque me dá la sensación de que las cosas no se hacen reales hasta que las publico aquí. Pero faltan poco más de dos semanas para que llegue el momento y creo que ya es hora.
La noticia es que ¡nos vamos a Bali! Y no de vacaciones, no. Nos vamos a vivir allí durante un año. No se nos ha ido la cabeza, es una decisión pensada y madurada desde hace mucho tiempo. Nuestro sueño era, y es, vivir fuera de España, se nos ponían los dientes larguísimos con cada "madrileños por el mundo", "españoles por el mundo", "callejeros"... Queremos que el lechón aprenda otro idioma, que viva otra cultura, tener más tiempo para nosotros, vivir cerca del mar... Y parece que Bali lo tiene todo, y además a precios de risa.
Para contaros un poco más sobre esta aventura, he abierto un nuevo blog. La idea es continuar hablando aquí de las "pequeñas cosas" de Manuel, y en el otro blog centrarme en todo lo que se refiere a Bali... aunque no sé si seré capaz de mantener al día dos blogs, si a duras penas actualizo uno...
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