miércoles, 30 de diciembre de 2009

Diario de una niñera

Ayer lloré a moco tendido viendo la peli que programaban en la primera, "Diario de una niñera". Si la vísteis pensaréis que soy de una ñoñez insoportable y, lo que es peor, que tengo un gusto cinematográfico pésimo. Y seguramente estaréis en lo cierto. A mí me encantan ese tipo de pelis, comedias para chicas, facilonas y llenas de tópicos, que no te obligan a pensar ni a entender tramas imposibles con montones de personajes que, sencillamente, no soy capaz de retener dado el lamentable estado en el que aterrizo en el sofá a las diez de la noche... Así que disfruté como una enana porque encima la peli estaba ambientada en Nueva York, una ciudad que me encanta, y me emocioné un montón al final, cuando el pobre niño rico al que sus padres no quieren nada de nada, ni le hacen caso, ni le dan cariño, ni juegan con él, se queda encima sin su niñera a la que adora y que es la única que se preocupa por él... Una mezcla bastante empalagosa entre Mery Poppins y Sonrisas y Lágrimas protagonizada por Scarlett Johansson... Chicos, abstenerse. Chicas, ya estáis tardando en alquilarla.


en la fiesta de Navidad de la empresa Manuel tuvo ocasión de conocer a Papa Noel y él mismo le dió un regalo

Estos días de vacaciones lluviosas están siendo muy tranquilos. Me paso casi todo el tiempo en casa con Manuel, porque con tanta agua no hay quien haga nada. Pero él está encantado de verme tanto, y no me deja ni a sol ni a sombra. Precisamente ahora le tengo encima de mí, y mientras yo escribo en una mitad de la pantalla, él ve Pocoyo en la otra. Pasamos los días jugando en el suelo con los nuevos juguetes, y la moda ahora es hacer "carreras sentados" por el pasillo detrás del nuevo autobús, que finalmente Papa Noel encontró -con la inestimable ayuda de la Nana-, y ha sido sin duda el regalo estrella de esta Navidad. Menos mal que mi pasillo mide dos metros como mucho, porque una, que no tiene el pañal como amortiguador, tiene ya las posaderas amoratadas de tanta carrerita...

martes, 22 de diciembre de 2009

Autobus

Como ya he dicho por aquí, Manuel está loco por los autobuses. No sólo ha sido su primera palabra larga (y única por el momento), sino que la repite a todas horas. Es lo primero que dice cuando se despierta por la mañana, sin bromas! Y si vamos en el coche se pone como loco cada vez que ve un autobus.

Pues bién, como no podía ser de otra forma, su mamí pidió para Manuel un autobus a Papa Noel... y el pobre señor está desesperado a la búsqueda del regalo, porque los fabricantes de juguetes se han olvidado de los autobuses. Hay ambulancias, helicópteros, trenes, coches de bomberos, coches de policía, tractores... pero autobuses, ¡ni uno!!

domingo, 20 de diciembre de 2009

Feliz Navidad de parte de Pocoyo



El vídeo que he elegido para desearos una feliz Navidad dice mucho de mi momento actual. Pocoyó y sus amigos han entrado en casa y en nuestras vidas y no parece que tengan intención de dejarnos... Manuel llama a Ely sin parar mientras nos dá el mando a distancia y señala la caja tonta. Y claro, no se lo ponemos siempre que lo pide, así que a veces tenemos que aguantar sus rabietas, que están cuidadosamente elaboradas. Empieza a mostrar el lechón una peligrosa capacidad de dramatización, que me recuerda tanto a mí misma que me hace reír. Pone cara de drama, nos mira con pena y rabia, se tira al suelo desconsolado. Todo un Laurence Olivier tenemos en casa.

 Lo peor es cuando se empeña en que le pongamos a Pocoyo a la hora de comer. Estoy intentando desintoxicarle un poco, pero no es fácil. Si no hay tele a la hora de comer, hay que utilizar toda clase de artimañas para entretenerle y conseguir que coma... y no sé qué es peor. El caso es que esta semana hemos cortado por lo sano, y ya no se come ni se cena con la tele. Snif Snif, ¡yo la hecho mucho de menos!, porque ahora las comidas son la guerra.... Era más fácil con tele, pero me dí cuenta de que mientras comiera viendo los dibujos, nunca aprenderá a hacerlo solo, porque está tan concentrado en la tele que no muestra ningún interés en coger el tenedor. Lo cierto es que ahora sigue sin hacerlo, y encima tardo una hora en conseguir que se termine el plato, y eso dándoselo yo...

Bravo por Pocoyo, Bravo por sus amigos, y Bravo por todos los papás y mamás con pequeñajos en casa esta Navidad.

Paraparán-pam pam- pam-pam-pam- pam--pam- pam.

jueves, 10 de diciembre de 2009

Revisión de los 18 meses

Menuda nochecita. Ayer tuvimos revisión de los 18 meses y vacunas de la difteria, tétanos, tosferina, neumococo y otras cosas que no quiero acordarme... En resumen, dos pinchazos, uno en cada pierna, y mi valiente sin su chupete del alma... ¡Pobrecito! La verdad es que tuve que hacer el pino puente para poder escaparme del trabajo a tiempo de llevarle a la revisión, como para encima acordarme del chupete y otros paliativos que le ayudaran con el trance de las vacunas. Llegué con la lengua fuera después de dejar colgado al decorador a mitad de reunión para organizar un evento la semana que viene, y encima me atendieron con más de media hora de retraso.... Me sentí fatal... no llevaba ni un juguete para entretenerle, ni unos gusanitos... y todo el tiempo pensando ...me voy a la farmacia a por un chupete, pero y si me toca...
El caso es que hubo que pasarlo y mi niño lloró de lo lindo, rojo como un pimiento, y luego me costó bastante calmarle. Al final el pobre hasta le tiraba besos al enfermero, y eso que no tenía el hombre mucha mano para los niños. Está hecho un toro, pesa 11,5 kg y mide 86 cm.

No parece que le hayan dado reacción pero ha pasado muy mala noche, llorando y llamando mami con voz lastimera... Pero hoy el lechón está tan feliz, durmiendo ahora su segunda siesta del día, pero una servidora no tiene tanta suerte y llevo un día que no doy pié con bola...

Aquí os dejo foto de mis dos remolones favoritos tras su siesta mañanera este fin de semana


lunes, 7 de diciembre de 2009

Avances

Poquito a poco, el lechón está ampliando su vocabulario. Es curioso que hoy ha dicho su primera palabra de más de dos sílabas, y ha sido: "atobus". Empezó diciendo "tou", después "tobu" y ahora ya casi dice la palabra completa. Otra palabra que dice amenudo es "Ua" (que quiere decir "Grúa"), y le encanta verlas en las obras que invaden la calle Serrano de Madrid. Autobús, grúa... no sé si ésto encierra alguna temprana vocación para ser conductor de vehículos pesados... Entre éso y lo bruto que nos ha salido solo le falta el tatuaje de "amor de madre" y echarse a la carretera.
Nombra ya, a su manera, a la mayoría de los miembros de la familia: hace unas semanas que su papá y yo somos "Papi" y "Mami", y confieso que me encanta. También llama a su Nana con mucho entusiasmo y con una "a" muy larga: "Nanaaaaaaaa", y a su "Abu" le llama a todas horas y especialmente cuando ve en la televisión a un señor de pelo cano, o una foto de Eduardo Punset, qué cosas!. La semana pasada empezó a llamar a Inés, "Néeeees". La abuela vuelve de Brasil el miércoles y vendrá con unas ganas locas de ver a su niño, así que hemos estado enseñándole a llamarla, y aunque es complicado hace sus pinitos diciendo "buea" o algo parecido. Este fin de semana ha estado una noche en casa de la Tía Catia y ya dice Tita. Se lo ha pasado pipa persiguiendo a su prima Elena, a la que adora, y también al conejito que tienen en el jardín. También dice "Aba", para llamar a nuestra vecinita "Alba", y menciona muchas veces a su héroe televisivo favorito, que no es otra que "Alli", osea "Eli", la mejor amiga de Pocoyo.


Creo que en motricidad está más desarrollado que en lenguage, y últimamente ha aprendido a bajar solito por el tobogán, a subir escaleras agarradito a la barandilla, y, su gran descubrimiento, a jugar al baloncesto, desde que el papá ejemplar le compró una minicanasta de la NBA que hemos colgado detrás de la puerta de su cuarto. Ha dejado de chutar los balones y ahora en cuanto ve uno lo lanza sin piedad ni miramientos... qué peligro tiene. Estoy intentando que coma solo y cada día lo hace mejor, aunque ni él ni yo tenemos mucha paciencia, así que creo que nos va a llevar aún algunos meses conseguirlo.
Esta semana, cada vez que le reñimos, casi siempre por dar manotazos, su respuesta es cómica a más no poder. Me mira con cara de no haber roto nunca un plato y dice "Holaaaaa", con una sonrisa angelical. Y yo tengo que hacer verdaderos esfuerzos para aguantar la risa.
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