miércoles, 27 de mayo de 2009

Casi un añito

Ando medio loca entre el trabajo, la casa y organizar el cumple, con la ayuda de Marta, la madrina, experta en fiestas infantiles. Pero estos días Manuel cambia tan deprisa que temo olvidarme si dejo pasar más días.
Es un terremoto, creo que ya lo he dicho. Se pone de pie y camina agarrado de los muebles y de cualquier cosa que pilla. Cada vez lo hace mejor y se cae menos.
Domina el gateo a la perfección. Tanto que sube las escaleras del tobogán él solito, y una vez arriba se lanza boca abajo riendo como un loco.
En el parque se ensucia más que ningún otro niño, y se niega a sentarse tranquilamente a jugar con la arrena. Prefiere explorar, subir, bajar, su curiosidad es insaciable... me tiene agotada!
Merienda fatal casi siempre, pero después parece que tiene hambre y se desquita comiendo arena... me pone negra
Ha empezado a masticar y le encanta. Se pirra por el jamón york, el pavo y la tortilla francesa. Por contra empieza a rechazar el puré. Quiere probar todo lo que comemos los mayores.
Ayer probó los gusanitos en el parque con su Nana (la abuela Concha, que ahora ha decidido cambiarse el nombre), y le vuelven loco.
Dice papapapa, titititti, cacacaca. Pero no dice Mamá. Desagradecido!
Se queda frito sin rechistar a eso de las nueve y media y duerme casi siempre de un tirón. Amanece alrededor de las ocho, aunque tiene días inspirados en los que aguanta hasta las nueve y media. Casi nunca coincide en fin de semana... Esos días su papá le quiere mucho más...
Tiene vocación de escalador y se quiere subir a todos los muebles, aunque por suerte todavía no lo consigue.
Ha aprendido a abrir cajones y ayer se pilló los dedos por primera vez con uno. Su padre dice que se tiene que pillar muchas veces y así dejará de hacerlo, pero yo lo dudo.
Le encanta que le lean cuentos, especialmente los que tienen ventanitas. La tía Catia le trajo el otro día uno muy bonito y lo mira con verdadera devoción.
Dá muy pocos abracitos y "muás", y ya casi nunca quiere estar en brazos. Eso me pone triste, pero es inevitable, ¡se está haciendo mayor!

lunes, 18 de mayo de 2009

Rebelión

Parece que el título de mi último post trajo malos augurios. Estoy a punto de buscar en google: "bebé 11 meses rebelde", o bien, "crisis del bebé primer año", o algo así... Y es que Manuel lleva unos días que es otro niño, y estamos al borde de regalarle en la tienda de David por la compra de una mesa con sus sillas... jeje, sería una buena oferta, aunque creo que habría devolución, seguro.
No, en serio, regalarle no, pero lleva una semana que no sé qué hacer con él. Protesta por todo, se enfada en cuanto le quitas cualquier cosa de la mano: mis gafas de sol, el móvil, una caja de paracetamol.... se rebela al sacarle de la bañera, montarle en el cochecito es una odisea, cambiarle el pañal es como ir al gimnasio... Ahora acaba de tener una rabieta importante porque no quería merendar y a duras penas he conseguido darle medio petit suise y una galleta. Echa la cabeza hacia atrás, o hacia adelante, según le pille, dá manotazos, patalea, y hasta muerde cuando se enfada mucho o está que se cae de sueño. Tengo la sensación de que cuando está conmigo se porta aún peor que con su padre o con Inés, así que me tiene muy despistada y no sé muy bién cómo actuar. Es muy pequeño para reñirle, o por lo menos para que entienda de qué va la regañina, pero no quiero que sea un niño gritón que llora y protesta sin parar. No sé, a lo mejor ésto es lo normal y hasta ahora hemos tenido mucha suerte, o puede que sea una fase pasajera de reafirmación personal... ¿Alguna idea, experiencia, caso similar?

martes, 12 de mayo de 2009

Ser padre SÍ es difícil

Las últimas semanas han sido una locura. Manuel cada vez demanda más atención y ya ni de lejos puedo "postear" si él está despierto. Ahora duerme, crucemos los dedos. Lo toca todo, lo tira todo... no tiene una idea buena! Además, ahora que por fín ha llegado la primavera, la mayoría de las tardes salimos, o bien al parque o a la piscina.

La semana pasada no fuimos a nadar porque Manuel estuvo malito. Tuvo un catarro bastante fuerte y fue la primera vez que le vi pasarlo realmente mal. Daba mucha penita verle tristón y lloroso, con los moquitos colgando y los ojos enrojecidos... Nos dió unas noches horrorosas, pobrecito, porque no podía respirar bién y se despertaba, y no se calmaba ni con cantos, ni con bracitos, así que nos veíamos David y yo, a eso de las tres de la madrugada, sacando fuerzas de flaqueza y buscando imaginativas artimañas para que Manuel dejara de llorar. Lo malo es que cuando al fin lo hacía y se quedaba tranquilito en su cuna, al rato volvía a empezar... Intenté hasta dormirle en brazos, o en nuestra cama, aunque soy bastante reacia a ello, pero él no quería saber nada. Como desde bién chiquitín se acostumbró a dormirse solo, no hay forma de que se duerma de otra forma. Hemos aprendido algunos remedios caseros para la congestión nasal:

- Limpiarle muy bien la nariz con suero antes de acostarle

- Poner un cojín bajo la cuna para que la cabecita quede un poco levantada

- Cortar una cebolla y dejarla cerca de la cuna para que los vapores le ayuden a abrir las vías respiratorias

- Inés nos recomendó comprar alcanfor (en farmacias) y dejarlo en un recipiente con agua en la habitación (huele mucho mejor que la cebolla y el resultado es muy parecido). Además, ella le enjuaba un poco la cara con el agua de alcanfor y así conseguía que echara muchísimos mocos. Esto último no me convence mucho porque no estoy segura de si se le puede irritar la piel, ya que la tiene tan delicada.

Los remedios naturales están muy bién aunque, la verdad sea dicha, Manuel no empezó a mejorar hasta que la pediatra nos dió un jarabe descongestivo, y ahora vuelve a ser el niño risueño y encantador de siempre.


Aquí dejo unas fotos de nuestro primer día de la madre juntos -aunque para mí fue el segundo, porque el año pasado estaba embarazadísima y ya me sentía mamá-. David llevó al lechón "de compras" y me dió una sorpresa preciosa: un chupete para colgar de mi pulsera Pandora.

Por cierto, que ahora quien está pachucho es el papá del lechón, con lumbago desde el jueves pasado a causa de los once kilos que pesa nuestro angelito. Como dicen en un anuncio buenísimo de Volkswagen: "SER PADRE SÍ ES DIFÍCIL"
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